Los estudios de hominización, que incluyen nociones de antropología, genética, arqueología, paleontología y otras ciencias, se remontan también a otros géneros, como el Australopithecus y el Ardipithecus.
Los científicos creen que las líneas de evolución de las personas y de los chimpancés se distanciaron hace entre cinco y siete millones de años. Esta separación no se detuvo ya que la especie del ser humano continuó derivando en nuevas ramificaciones y otras especies, de las cuales la única que subsiste en la actualidad es el mencionado Homo sapiens.
Etapas del proceso de Hominización:
Las condiciones particulares que diferencian al ser humano de los primates son su posición erguida, su bipedismo (los primates caminan en cuatro patas), un cerebro más grande y mandíbulas y dientes más pequeños y la capacidad de expresar ideas y sentimientos a través de sonidos o expresiones corporales. Dichas características fueron adquiriéndose paulatinamente a través de la selección natural, es decir que, aquellos que supieron adaptarse a los cambios, fueron quienes no perecieron.
Se sabe que los primeros homínidos existieron en África y a partir de ese punto conquistaron el resto del mundo. En un comienzo eran vegetarianos, pero pronto incluyeron la carne en su dieta a causa de la escasez de alimentos vegetales; se cree que la inclusión de este elemento en la alimentación permitió el ensanchamiento de su cerebro.
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